15 junio 2012

¿Rememorar la batalla de Lácar?

El sábado día 9 se representó de nuevo en Lácar, una pequeña localidad de Tierra Estella, la batalla que en febrero de 1875 tuvo lugar en ella. Aquel día de hace 137 años los carlistas, los Requetés Voluntarios de Don Carlos VII, infligieron una severa derrota al ejército del rey Alfonso XII.

José Peña Ibáñez, un carlista donostiarra que tuvo importantes cargos en el periodismo y en la política de los años más puros del franquismo, en San Sebastián y en Madrid, escribió en 1940 un libro titulado Las guerras carlistas: antecedente del Alzamiento Nacional de 1936. En él narra la batalla de Lácar en estos términos: “los 12 batallones de D. Carlos (…) corrían hacia Lácar con alocado empeño, leones y no hombres semejaban, lanzándose sobre el campo liberal con denuedo desconocido. Soldados y pertrechos quedaron por las heredades y por los caminos. Cundió el pánico en los batallones de D. Alfonso y el desconcierto trocóse en ligera fuga, que por momentos acrecentaba el temor colectivo; era brioso el acuchillar de los carlistas, cuyas masas de bermejas boinas eran, al avanzar con huracanado ímpetu, como sanguinosa inundación, siendo Lácar tomado a la bayoneta. Huían los liberales en derrota, arrollados por aquellos combatientes que eran hijos de quienes contestaban: ¡A LA MUERTE!, cuando les preguntaban, al atacar Bilbao en la guerra de Cabrera y Zumalacárregui: ¿Adónde vais, bárbaros navarros? Media hora bastó. Sembrada de muertos aparecía la campiña, lúgubre y desolada en las postreras horas. Millares de bajas y de fusiles, tres piezas de artillería y enorme botín quedó en manos de las tropas de D. Carlos”.

Esta gesta de los bárbaros navarros, como orgullosamente escribe Peña Ibáñez, en la que murieron más de mil soldados liberales y los heridos fueron muchos más, es la que cada dos años gustan de revivir en Lácar unos voluntariosos actores aficionados, para solaz de todos los que quieran pasar la tarde. Pero está claro que en Lácar se cometió una matanza. ¿Como en otras batallas de esa guerra, de cualquier guerra? ¿Cómo las que también perpetraron los liberales o realistas? Seguro, pero no lo olvidemos: una matanza, una carnicería.

La gesta de Lácar quedó en la memoria carlista como un hito glorioso, hasta el punto de que en la rebelió de 1936 adoptó el nombre de Tercio de Lácar el batallón de voluntarios que desde Navarra, al poco de iniciarse la contienda, partió a conquistar el País Vasco. Como puede leerse todavía en la página de los requetés, bajo el expresivo título de “La historia se repite”, “Los voluntarios del Tercio de Lacar en los primeros días (lucharon) contra el Marxismo en la Columna del Coronel Beorlegui. (…) Sin duda, la mejor Unidad de Infantería tipo Batallón del Ejercito Nacional. ¡Lo mejor de lo mejor!”.

Los carlistas, tan orgullosos de Lácar, y tan satisfechos, al menos los más tradicionalistas, de su papel en la guerra del 36, establecen por tanto una firme continuidad histórica entre las dos guerras, y reivindican todos sus triunfos por igual. Es más, uno de los dos autores de un libro aparecido el año pasado sobre la actuación de los carlistas en el 36 (de título, vaya, Requetés), Pablo Larraz Andía, fue uno de los actores en la representación del sábado. Y si 1875 queda lejos, y puede ser motivo ya de petrificación teatral, 1936 sigue siendo una fecha muy conflictiva, que sangra en la memoria de mucha gente que todavía en 2012 no quiere olvidar, que no recuerda asépticamente, que se levantaría con dolor y rabia si se organizara hoy algo similar a lo de Lácar, pero sobre alguna matanza de 1936, aunque hayan pasado casi ochenta años. ¿Se admitiría alegremente hoy una reivindicación alegre y festiva de una matanza de republicanos de cualquier tendencia? ¿Acudiría la gente apaciblemente a matar la tarde en un juego teatral de ese tipo, o incluso inverso, es decir, en el que gentes de izquierdas masacraran a carlistas, falangistas y clérigos? Todo ello ha sido y es motivo de obras de arte serias, en las cuales hay una intención crítica y reflexiva. Pero festejar, como se hace en Lácar, es algo muy distinto.

En Lácar no solo había carlistas el pasado sábado. Y no puedo comprender que personas ajenas a lo que hoy es la diminuta cofradía carlista (conozco y aprecio a algunos de quienes intervinieron en el acto, y sé que sus ideas no tienen nada que ver con las ultramontanas) participen en el evento, actuando o mirando. Bien triste me parece que tanto los actores como los espectadores disfruten con la rememoración de una carnicería que, además, es asociada triunfalmente con otros momentos terribles y más recientes de nuestra historia. Y me parece radicalmente insuficiente que este año, ¡por vez primera!, los organizadores hayan deslizado una cierta justificación y disculpa del evento, al afirmar que la representación “quiso recordar esta contienda, pero (…) sobre todo quiso ser una llamada de atención sobre las consecuencias de la guerra ‘entre la gente humilde que sufre sus penalidades’”. ¿Vale con esta mala conciencia y esta “reorientación” del acto? Para mí, no.

Mucha gente dirá que esta mascarada sabatina es un pasatiempo inofensivo, una idea “lúdica” de la Asociación Turística Tierras de Iranzu para llevar gente a la zona, unos visitantes que antes y después de la función gasten un dinero en la hostelería de los pueblos cercanos. Y parte de eso hay, sin duda. La civilización del espectáculo y del ocio, la trivialización kitsch de la realidad, la explotación económica del consumo de lugares, la necesidad compulsiva de vivir hacia fuera, sin parar, moviéndose a donde sea, las ganas de llenar la tarde y echar unos potes… Todo ello explica parcialmente que se celebren esta clase de eventos. Pero la frivolidad y las ganas de divertirse tienen unos límites.

Hace años, Rafael Sánchez Ferlosio criticó frontalmente la conmemoración de la rebelió comunera de Castilla en Villalar, que en la transición fue aprovechada por varios partidos para una afirmación regionalista y una necesidad de distinción reivindicativa que él desentrañó con rabia. Su artículo se titulaba Villalar, por tercera y última vez. No sé cuántas ediciones lleva la representación de Lácar, pero dan ganas de gritar ya: ¡Por última vez! ¡Que se acabe ya!

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Creo que el destino de este escrito merece mas difusión. También me imagino los sinsabores que su publicación podrían ocasionar al autor.
Tengo la desagradable sensación de que manifestarse racionalmente pudiera ser tachado de aguafiestas.
Larga vida al sentido común.
No esta de mas recordar que casi todos los pedestales de los "héroes" están construidos con personas derribadas.
Un abrazo Peri

Anónimo dijo...

No estuve el pasado sábado en Lácar. Pero sí he estado hoy en Abárzuza. El director de cine José María Tuduri, de Tolosa, autor de una película sobre el Cura Santa Cruz y de otra sobre la tercera guerra carlista, ha dado una larga conferencia itinerante de cerca de una hora, a la que no he hecho ni caso. La conferencia estaba ilustrada con la acción de dos hombres a caballo que representaban al General Concha y a otro militar liberal, un muchacho que decía ser periodista liberal, once hombres del pueblo vagamente disfrazados de soldados liberales, otros tantos vagamente disfrazados de soldados carlistas, un grupo nutrido de mujeres y de niños que han hecho acto de presencia en el primer cuadro nada más. En la presentación una mujer que blandía un bebé en forma de muñeco ha pedido clemencia al general Concha, sin éxito. Hemos ido luego a un descampado donde han puesto unos botes de humo y han disparado unos fusiles con cartuchos de fogueo, han llegado a disparar incluso un cañonazo. Los carlistas estaban atrincherados, los liberales no. En un momento dado el caballero General Concha ha sido herido. Luego hemos ido a la plaza de la iglesia donde los carlistas han fusilado a los liberales que habían caído prisioneros. Un carro se ha llevado el cuerpo del general Concha. Después han puesto unos muñecos de esos que tienen recortada la cara para que quien quiera se retrate de una manera divertida. El de más éxito me ha parecido que era Isabel II. Había muchas cámaras de aficionados. Hemos soportado un calor justiciero, el amigo Tuduri se ve que sabe mucho del asunto y se ha propuesto demostrarlo. Como espectáculo ha sido de una pobreza extrema. Lo único medianamente de interés ha sido el humo, los disparos, los caballos yendo de aquí para allá, el cañonazo…, todo como en una película de muy bajo presupuesto, pero en medio de un campo de cerezos. También ha estado bien el bocadillo de chistor que ha caído antes de la actuación. Creo que todo este tinglado no va, para la inmensa mayoría de los que acuden a estos entretenimientos, más allá de asistir a una especie de falso rodaje de una o dos escenas de una película. Si alguien ha pretendido impartir doctrina se ha equivocado de medio a medio.
Mis excusas por la extensión.
Vidal

ayacam dijo...

Muchas gracias a los dos comentaristas. Señor Vidal, su relato de lo que ha visto hoy en Abárzuza es magnífico en su sencillez, como del mejor Baroja, y me hace pensar, entre otras cosas, en que las intenciones serán unas, pero igual los resultados, por falta de presupuesto o por falta de talento, son otros.

Perlimplín dijo...

Yo sólo tengo una pregunta: ¿Hay alguna otra conmemoración, militar o no, que implique violencia, injusticia, opresión o tiranía, que le parezca mal, o solamente es la de Lácar la que lamenta?

ayacam dijo...

Señor Perlimplín: Obviamente, hay muchas más.

Anónimo dijo...

Tanto el árticulo que da pie a estos comentarios como algúnos de ellos creo que requieren una contestación. Tal vez no deberíamos cerrar una página de la historia como la del carlismo sino la historia completa de la humanidad. Desde que Adán y Eva tuvieron la mala idea de darle la dentellada a la manzanita de marras, en esta tierra nuestra no ha habido mas que miseria, guerras a montones, muertos no merece la pena ni ponerse a contar y repercusión de estos fenómenos ni nombrarlos. Podría seguir completando el árticulo que da pie a este tema y adornar al que casi sufre una insolación en Abárzuza. Si no queremos olvidar nuestra historia podemos hacer dos cosas. La contamos como nos la describían en la escuela cuando Franco estaba todavía de pie. En la que las guerras eran actos heróicos,donde encontrábamos grandes héroes que aplastaban en otro tiempo lejano las cabezas sarracenas y un poco mas cerca en el tiempo a los rojos masónicos. La verdad, yo soy exalumno de esa escuela franquista y no deseo contar la historia de esta manera. Es dificil contar la historia. según del ángulo que la mires resulta siempre muy poco objetiva. En Lácar resultó complicado hablar del S-XIX y de las guerras carlistas. Ahí al lado estaban todavía los muertos del 36 por un lado las cunetas llenas de gentes de izquierdas , también desde luego otras cunetas recibieron gente de derechas. Se fusiló a mansalva desde luego Además teníamos un frente de guerra que trajo en camiones militares muertos de uno y otro bando. Cómo podíamos en Lácar recordar un hecho bélico acaecido en el XIX ? Si los que escriben estos párrafos gordos como lo será el mío, en el que disertan compitiendo en conocimiento con Tuduri, sino en su competencia histórica si en la faceta esa de criticar el aspecto bélico y su falta de sentido en las rememoraciónes que poco y mal ejemplo dan a la ciudadanía.
En Lácar nos atrevimos a poner en marcha la representación de la batalla. Vino todo de la mano de un alcalde nacionalista y de izquierdas, eso no quiere decir nada desde luego. A este alcalde le acompañaron en su decisión todos los concejales de diferentes partidos. Me contestarán Que borregos hay en todas partes. Al ayuntamiento en pleno les acompañó el pueblo de Lácar, Yerri como valle y ciudadanos de todas las ideologias, también Pablo Larraz En Lácar antes que las representaciones se puso una placa recordando los fallecidos de ambos bandos. Y si el mensaje pacifista no les parece suficiente a los del párrafo gordo, que se venga para Lácar que se vistan de liberal ,de pueblo o de carlista porque se darán cuenta enseguida que su crítica se pasa un poco . Son muchas las películas bélicas que han tratado el tema desde una visión antibelicista, obras de teatro, pintura etc. Lácar es otro ejemplo mas de todo esto. Os diré mas yo soy uno de los que ha provocado esta guerra particular de Lácar y sabeis porque? Porque hasta que no arrancamos con esto nadie o casi nadie sabía nada de lo que aquí ocurrió . Y porque revisando los papeles del Concejo descubrí una carta fechada en 1875 en el que una madre palentina solicitaba el justificante de la muerte de su hijo en el ejército liberal en el hecho bélico acaecido el 3 de febrero de 1875. Eso me entristeció y me animó con esta representación y otras actividades mas a recordar esa otra guerra oculta, con héroes desconocidos sin tumba conocida y con madres vacias de hijos.
Así es amigos la historia de la Batalla de Lácar. Si os apetece venir estais invitados sino es así recibir un amistoso saludo de un liberal como yo que tengo la suerte de morir cada dos años y de levantarme seguidamente para así compartir con vosotros estas palabras.
Javier lana Lisarri

Anónimo dijo...

Tocan a maitines las campanas de Santa Clara, el viejo y renovado convento existente en el término de Alloz pero importante referencia espiritual también para el pueblo de Lácar, como lo es la parroquia de Santa María de Egiarte que los dos comparten.
Hace ya unos días que el pueblo de Lácar ha vuelto a su calma natural, a su rutina relajada.
La representación teatralizada de su batalla puso una vez mas al pueblo en movimiento desde primeros de año. Cada dos años vuelta a la tarea, exposiciones, conferencias y batallas... Porque este año el programa se extendía tanto a Estella.-Lizarra como a Abárzuza .
Me animo a participar nuevamente en este blog , para intentar explicar lo que siento cuando leo o escucho comentarios , artículos, blogs , unos son en sentido positivo, parabienes etc. Otros los menos, son críticos con el espectáculo. Por los fallos técnicos, por la incomodidad o ubicación de las gradas. Unos y otros nos aportan ideas para mejorar cada representación. Pero hay algunas opiniones que a mi entender se salen un poco de lo normal
Esto ocurre por ejemplo leyendo el artículo” ¿ Rememorar la Batalla de Lácar?” en este blog
En el, haces un repaso a lo que fue históricamente La Batalla de lácar, y a través de diferentes autores, nos hablas de la carnicería y la barbarie cometidas. Al mismo tiempo nos dices que la influencia de esta batalla fue tal que en la guerra civil de 1936 un batallón de carlistas recibiría este nombre .( En el 36 numerosos batallones carlistas recibirían nombres de hechos importantes de las guerras carlistas del S-XIX) (continúa)
Javier lana Lisarri

Anónimo dijo...

Sigues mas adelante “¿Se admitiría alegremente hoy una reivindicación alegre y festiva de una matanza de republicanos de cualquier tendencia? ¿Acudiría la gente apaciblemente a matar la tarde en un juego teatral de ese tipo, o incluso inverso, es decir, en el que gentes de izquierdas masacraran a carlistas, falangistas y clérigos? Todo ello ha sido y es motivo de obras de arte serias, en las cuales hay una intención crítica y reflexiva. Pero festejar, como se hace en Lácar, es algo muy distinto.”
En Lácar no festejamos ninguna victoria ni carlista ni liberal. En Lácar lo que hacemos es contar una historia en la que hay victorias y derrotas, desgracia y desolación . contamos un pasaje de nuestra historia de una manera amable con la única intención de trasladar a nuestros visitantes lo que ocurrió en aquel complicado final del S-XIX.
Fue en el año 2004 coincidiendo con la fiesta del Valle cuando por primera adquirimos un conocimiento mayor sobre lo que fue la batalla y es entonces cuando surge la idea de programar una serie de actividades en torno a ello.
Continúas de esta manera:
“Y me parece radicalmente insuficiente que este año, ¡por vez primera!, los organizadores hayan deslizado una cierta justificación y disculpa del evento, al afirmar que la representación “quiso recordar esta contienda, pero (…) sobre todo quiso ser una llamada de atención sobre las consecuencias de la guerra ‘entre la gente humilde que sufre sus penalidades’”. ¿Vale con esta mala conciencia y esta “reorientación” del acto? Para mí, no.”
No se si estuviste en la representación o te lo contaron. Es totalmente falso lo que dices en este párrafo.
En Lácar ya en 2005 pusimos una estela con una placa en la que recordábamos a todos los soldados carlistas y liberales fallecidos en la batalla. Todos los años desde entonces hemos leído el texto que citas. Luego veo que acusas cierto despiste.
También dices:” Conozco y aprecio a algunos de quienes intervinieron en el acto, y sé que sus ideas no tienen nada que ver con las ultramontanas) “.
Acaso conoces al resto para hacer un juicio de este calibre. En Lácar hemos tenido la suerte de contar con el beneplácito de todos los partidos municipales y la participación de un elenco de” actores” a los que no les he preguntado que es lo que piensan de la vida. Pero estoy seguro que la variedad de ideologías y pensamientos es tan amplia que de conocerlas, te sonrojarías. Si es que te queda todavía esa facultad
Mas adelante dices lo siguiente:
“Mucha gente dirá que esta mascarada sabatina es un pasatiempo inofensivo, una idea “lúdica” de la Asociación Turística Tierras de Iranzu para llevar gente a la zona, unos visitantes que antes y después de la función gasten un dinero en la hostelería de los pueblos cercanos. Y parte de eso hay, sin duda. La civilización del espectáculo y del ocio, la trivialización kitsch de la realidad, la explotación económica del consumo de lugares, la necesidad compulsiva de vivir hacia fuera, sin parar, moviéndose a donde sea, las ganas de llenar la tarde y echar unos potes… Todo ello explica parcialmente que se celebren esta clase de eventos. Pero la frivolidad y las ganas de divertirse tienen unos límites.”
Creo, leyendo esto, que te convendría ir redactando otros escritos con las diferentes etapas de nuestra historia para ir desbaratando los programas culturales y festivos de nuestros pueblos. Puedes empezar por la Edad Media, que tiene tela desde luego.
Además pienso que en Lácar estamos muy lejos de esa frivolidad a la que te refieres y que igual lo realmente frívolo es tu artículo “ ¿ Rememorar La Batalla de Lácar?”
Javier lana Lisarri

ayacam dijo...

Estimado señor Lana Lisarri:
Le agradezco de verdad sus comentarios, los tres que ha escrito. Los he leído con mucha atención, y no tengo ningún problema en aceptar que había un dato que no conocía: que hay una placa dede 2005 recordando a todos los muertos que hubo en aquella batalla. Me parece muy bien.

Dicho esto, es evidente que en lo sustancial no estamos de acuerdo. A usted lo que digo le parece muy raro, pero quiero decirle que hay una diferencia fundamental entre estudiar un hecho histórico, estudiarlo con rigor, con espíritu crítico, con voluntad de estudio y, por otra parte, y cosa muy distinta, conmemorar festivamente un hecho. Y eso es lo que hacen ustedes en Lácar. Conmemoran (no recuerdan, que es otra cosa también muy distinta) un hecho que a mí me parece un oprobio para cualquier persona amante de la libertad y la vida.

Por eso me atrevo a decirle que si su voluntad no es esa, la que a mí me parece evidente en su evento festivo, lo supriman, o sencillamente lo reorienten de manera radical.

Reciba un respetuoso saludo

Mari Mar dijo...

Hace días que vengo leyendo las opiniones aquí vertidas sobre lo que se interpreta,dice o no dice en la escenificación de la batalla de Lácar,escribí una opinión pero a la hora de mandarla mi pc murió y ahí quedo.Escribia yo la otra semana que no es cierta la afirmación que se hace y desde luego deja claro que nunca nos viste en nuetra plaza.Al hacer la presentación de la batalla se deja muy claro desde el primer año y el texto no ha variado, que es la gente humilde la que realmente sufre en las guerras... y en alguna ocasión tomandose una licencia la que leia el texto en castellano, es decir yo, se terminaba diciendo que en las guerras todos perdemos. Me parece bien y no podria ser de otra forma que haya diferentes opiniones,que pueda parecer bien o mal nuestra representación,pero no es justo no decir la verdad,ademas grabado y publicado está. Las guerras son una una cruel matanza y que no para esta cuando se produce, sigue y sigue en los tiempos, pero en Lácar los muertos de aquel día hacen que una población se una,que trabaje en común,que cada uno mantenga sus ideas,y bien diferentes que las tenemos,pero trabajamos en algo que en su día nos propusimos contar y que pasó en nuestras calles y que las piedras de nuestras casas con sus desgarros por las balas nos las enseñan desde que nacemos. Porque no hemos de contarlo al que libremente quiere venir a vernos?

Anónimo dijo...

Amigo Ayacam, no tiene sentido seguir esta conversación. Usted tiene su opinión y yo la mía. Si de aquí a dos años la representación teatralizada de La Batalla de Lácar se lleva a cabo me gustaría que vendría y cantactára conmigo . Normalmente me "matan" cerca de una fuente de hierro con dos grifos dorados, al finalizar el jardín. Luego cuando me levante del suelo , si usted lo desea nos vamos y nos tomamos un vino o un refresco y charlamos, seguro que coincidiremos un poco mas que ahora, pueda que incluso se anime a participar desde dentro en la siguiente edición.
Saludos nada militares
Javier Lana Lisarri