Spencer Tunick y sus fotografías en Donosti. «Volvamos al instante en el que cientos de glúteos ascendieron las escaleras del auditorio y, tras las primeras tomas, descendieron. En ese momento se puso de relieve que los seres humanos además de nuestras diferencias corporales también nos distinguimos por nuestros olores, y más aún cuando no pasamos por la ducha. Algunos de los modelos de ayer se decantaron por esta opción y nos dieron la oportunidad de comprobar que, junto a los tradicionales aromas desprendidos por las clásicas partes, existen hedores propios en la espalda o la nuca. Toda una nueva sensación que quedará en nuestra memoria, además de la sentida al permanecer en cueros tres horas rodeados de congéneres.»
Aitor Anuncibay en el Diario de Noticias
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