28 julio 2011

No pares

«Hoy se nos exhorta por todas partes a que seamos dinámicos y "energéticos" y a tener el mayor número posible de experiencias: amar muchas mujeres, viajar por muchos países, probar paraísos artificiales, atreverse con excesos nocturnos y en general mudar, anhelar novedades y sorpresas, romper rutinas».

Esto escribía hace dos semanas Javier Gomá en un artículo. Y me apetece traerlo a colación porque, como se sabe, en verano se exacerba hasta el delirio la incitación social, imperativa, a moverse, salir, vivir intensamente, no parar, aprovechar a tope, viajar a donde sea.

Qué turrada, qué presión, qué agobio, qué tontería. Prefiero mil veces darle vueltas a este pensamiento que encuentro en Ramón Andrés: “La quietud es curativa. El miedo indica movimiento; procede de metus, «miedo». Una mente conmovida, dice Varrón, es una mente mota, no apacible, «que se mueve». La in-quietud”.

"El miedo indica movimiento". ¿Cabe decir por tanto que el movimiento indica, revela, anuncia, evidencia, miedo?

2 comentarios:

Passy dijo...

Ya imaginará, querido editor, que no soy muy partidario. Como el del chiste. Aunque poco se puede contra la etimología, estará de acuerdo conmigo en que si bien el miedo colectivo produce movimiento, el personal produce parálisis, superquietud. Lo que dice Gomá está muy bien. Hay una larga tradición en esto de citar a filósofos que no se mueven de su estudio. Pero me pregunto si no encontraremos un punto intermedio. Como usted sabe, Montainge se motó en un caballo a una edad madura y salió a recorrer mundo poseído por un repente. Esto, por hablar de quienes filosofan. En cuanto a los que no, déjenos que estiremos un poco las piernas que olvidemos el miedo durante unos días, aunque luego el grado de conversación o de escritura se aproxime al número fatídico. Sea usted un junco. Fǎnhuí

ayacam dijo...

Qué quiere que le diga, señor de Passy. Yo escribo, en este asunto, para defenderme de lo que entiendo que es una corriente dominante y con frecuencia avasalladora. Pero eso no quita que entienda muy bien que hay unas cuantas razones para, según y cómo, moverse. Hágalo si es su gusto, y disfrute, se lo digo muy de verdad. Es más difícil que nos entendamos en este punto en las razones, en los argumentos generales. En cambio, respeto mucho los motivos concretos y singulares de ciertas personas.