«Ya sabéis que en nuestra tierra, en un partido de fútbol, cuando un equipo va ganando 5-0 sus hinchas todavía cantan eso de Todos queremos más», dicen que dijo Arnaldo Otegi en la última de las reuniones celebradas entre los socialistas vascos, el PNV y Batasuna en el otoño de 2006.
Su frase pretendía «aligerar la tensión», cuentan los periódicos dentro de un relato de las conversaciones que a estas alturas, si atamos cabos, resulta decididamente creíble. Pero pocas veces ha estado más acertado el batasuno. Su equipo iba ganando 5-0.
Simplemente la lista de cuestiones de que se habló esos dos meses, y todos y cada uno de los cinco puntos de las Bases para el diálogo y el acuerdo político allí redactadas, aun si damos por supuesto que después se hubieran introducido muchos matices, ya determinaban una victoria del nacionalismo vasco por goleada. Cinco puntos, cinco goles. ¡Esa es la idea que el comentarista del Diario de Noticias tiene de lo que significa «aproximar posiciones»!
Los tres partidos consensuaron además algo que los propios voceros del periódico califican eufemísticamente de “curioso”: que el «único ejemplar del acuerdo definitivo» (¡como si se tratara de las tablas de la ley enviadas por el Altísimo!) «fuese depositado en el Vaticano de manera oficial. Se trasladaría así a la Iglesia la custodia del documento que podía poner punto final al conflicto». Mecagüentó, canta Georgie Dann, qué tropa.
5 comentarios:
¡Pero qué tiene este caballero con el Diario de Noticias!
¡Y a mí que no me parecen nada mal los cinco puntos de las Bases para el diálogo y el acuerdo político!
Ah, jamás he votado nacionalismo vasco y el navarrismo –español- me da nauseas.
El mero hecho de que, cada día de cada año, las fuerzas políticas tengan que atender demandas nacionalistas de cambios de estatus político de un ente político democrático como España, ya supone una victoria del nacionalismo.Y la bendición que Diario de Noticias otorga a este desgaste diario que el nacionalismo le inflinge a nuestro sistema sólo puede entenderse como un apoyo político al mismo, como una manera de contar las noticias desde un prisma de colaboración con esa estrategia desestabilizara. Ahí acierta el propietario del blog. Venir a darse cuenta ahora de esto supone darse cuenta en qué mundo estamos instalados.
Andres Bazin
(Con permiso del propietario)
Bazin, tengo una duda sobre lo de las demandas para intentar el "cambio del estatus político del ente político democrático" que cita. Esta estrategia desestabilizadora, ¿qué clase de pecado conlleva, o no es pecado, o qué es? Estoy confuso porque aunque yo no me cuelgo de ese trapecio -al menos, en mi juicio- conozco gente (buena gente) que lo hace y a los que quizás pueda ayudar. Pagarles una suscripción al diario que desde hace más de cien años defiende -sin fisuras- nuestro sitema, no vale. Son gente leida.
Orreaga Iturbe
El diario centenario no ayuda mucho, es cierto. Pero libros como "Contra Cromagnon", de Felix Ovejero (donde se explica cómo funciona el sentido de la responsabilidad en lo relativo a la pertenecencia a una comunidad política), o aquel otro que analiza el fenómeno nacionalista desde todos los ámbitos escrito por Barbería y Unzueta hace 3 o 4 años, "Cómo hemos llegado a esto" Ed. Taurus, ilustran muy bien el fenómeno. Hay muchos más, pero seguro que el sr. Orreaga los conoce, o ha oído hablar de ellos. No sé si su lectura "ayudará" a sus amigos. Es de suponer que éstos son personas con carné de conducir, hipoteca, plan de jubilación y otros atributos de la edad adulta. Sí que está claro que una sociedad menos fascinada con el nacionalismo ayudaría a todos: podríamos hablar un poco más de medidas sociales, de gestión colectiva, de economía, de auténtica difusión cultural, de compromiso con las naciones desfavorecidas...
Bazin, muchas gracias, en castellano por si acaso. Muy amable, de verdad, tu tono profesoral. Lamento que hayas deducido mi edad y condición de mi pobre intervención (y la de los que -por tu cuenta y riesgo- calificas de mis amigos). Te equivocas, son gente buena pero yo tengo otra clase de amigos, republicanos y así. Ya me entiendes. Gente, como yo, te lo aseguro, en transición a la vida adulta. Me gustaría equivocarme pero los que describes tienen pinta de ser tus amigos. Los tuyos. Yo hablo de gente perpleja y que -quizás- también estemos envueltos en alguna estrategia desestabilizadora contra nuestro sistema por rechazar racionalmente, mediante la acción política, el sistema monárquico del ente político España que tu llamas.
Si tienes algo para leer sobre este asunto, muy amable por tu parte. Creo que no te escribiré más, para no abusar del sitio del propietario, pero te lo agradeceré igual. Procedo a mandar tus lecturas recomendadas.
Orrega
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