02 octubre 2007

Política no, por favor

Personas que aprecio de verdad se extrañan de que meta entradas políticas en este blog. Es evidente que se refieren a las que de tanto en tanto dedico al azote nacionalista, en su variante terrorista o en la otra. No entraré en la historia del pensamiento con mis escritos, sin duda, pero al margen de que la política forme parte inextirpable de nuestra condición vital, y de que sospecho que alguno no me reprocharía lo mismo si los textos despreciaran a Aznar y la llamada derecha extrema, me sofoca una razón básica: a estas alturas ya no puedo con el silencio y la simulación. Sobre todo en los ámbitos públicos, como lo son los blogs.

De política, de esta vertiente esencial de la política, aquí, en navarraeuskadi, únicamente hablan los profesionales de los partidos, o bien las gentes corrientes pero sólo en ámbitos muy homogéneos y de total confianza, complicidad y sigilo –los blogs, con los seudónimos, han liberado energías, es cierto, aunque sean de todos los signos-. Es un tema además sucio, grasiento, tedioso a fuer de irresuelto y mal administrado, en el que la mayoría no se quiere manchar ni complicar la vida, o tener broncas o, en el peor de los casos, que le pase algo. Y por eso no se habla claro, o sencillamente no se habla. Parece incluso de mal gusto. Un ejemplo de ayer mismo: en un admirable blog que miro todos los días, y precisamente porque quien lo mantiene había introducido una espina de denuncia, alguien dejó este comentario: “tienes un blog espectacular, alucinante y original. No lo rebajes metiéndote en cosas que se salen totalmente de la excepcional línea en que lo haces”. ¿No lo rebajes?

No tengo intención de reñir con ninguna de las personas que trato en los diversos círculos de amigos, conocidos o compañeros de trabajo –todo lo contrario, por mi carácter aborrezco los enfrentamientos y adoro los finales felices, las películas de Frank Capra, los buenos sentimientos y la cordialidad-. Pero tampoco me apetece seguir alimentando la confusión ni el silencio cómplice en estos graves asuntos. Mi contribución es nimia, irrelevante, pero quiero mantenerla en tanto siga suspendido sobre nosotros el problema político en sí, y encima de él, como un efecto perverso, esa niebla de temor a la libre expresión, ocultación, pasividad y, a la postre, consentimiento del mal. El mal consentido, seguro que habrá que dar más vueltas a esta vertiente, aunque sea sin la brillantez y profundidad que gana en la reflexión de Aurelio Arteta.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Consentimiento del mal, el mal consentido. El bien y el mal. Demasiado. Como Bush. No, por favor.

Anónimo dijo...

Política sí, por supuesto. Pero permítanos hacer abstracción de sus obsesiones antinacionalistas y disfrutar de sus reflexiones y comentarios con los cuales disfruto y en general estoy de acuerdo. Se lo digo con toda cordialidad.

Anónimo dijo...

Leo hoy jueves 18 de octubre en El Mundo la entrevista a Cristina Peri Rossi, escritora uruguaya despedida de un programa de Catalunya Rádio por no hablar catalán. En la entrevista la escritora habla del miedo que en Cataluña está provocando las medidas nacionalistas, se queja de su despido, plantea el problema de la hegemonía lingüística que desde hace años se lleva imponiendo en Cataluña... y al final, como colofón, de la entrevista, suelta lo siguiente: "Todo esto tiene que ver con el entramado político actual, en el que no quiero meterme. No suelo hablar de política porque sencillamente no me interesa..."
Sin palabras
Adrés Bazin

Anónimo dijo...

Euskadi es mi padre, mi madre, toda mi estirpe. Daría con gusto mi vida y la de los demás por ella. Sin vacilar un instante. Sin remordimientos. Desde el mismo Infierno seguiría gritando ¡Gora Euskadi! ¡Gora Arzallus! ¡Gora Egibar!.

Anónimo dijo...

¿Gora Arzallus? ¿Euskadi es su madre? Bien; dé la vida por Arzallus o por su madre, allá usted. Quémese a lo bonzo, (recuerdo sólo un verdadero caso vasco de inmolación en los últimos cuarenta años) pero por favor olvídese de los demás. Eguibar no es mi tío. Su comentario me recuerda a un lema que a usted le sonará: "Todo por la patria". A que sí. A que le suena. A que le suena también "Patria o muerte. Venceremos." tal vez sea usted demasiado joven para recodar aquel otro del "Clavero pelmazo recuerda a Gamazo". ¡Ah! la patria, la patria, último lugar donde se refugian los truhanes. Desconfíe amigo. La patria no tiene parientes y si un dia muere por ella, alguien sacará la fotocopia ampliada de su cara pegada a una chapa ocume sujeta con un palo en alguna manifestación y eso será todo. Y si mata por la patria, entonces habrá hecho algo que no podrá reparar jamás.

Este año los grandes diseñadores han puesto de moda el pañuelo palestino, aquél que llevábamos en los ochenta. algunas de las firmas más exclusivas los venden por 1.500 €, aunque en los mercadillos pueden encontrarse por 10 €.

¡Vamos hombre! Los billetes de Easy Jet están baratos, el Eurorail es un chollo. Dése un garbeo; acérquese a Albarracín o vaya hasta Vicenza por 10 €. El ombligo del mundo no está en Euskadi. Dé la vida por otras cosas no por un país que tiene una renta per cápita de aquí te espero, un nivel de paro de risa, los pisos más caros de España y la autonomía con más materias transferidas de Europa.

¿Sabe usted cual fue el primer producto que se comercializó en Euskadi cuando se legalizó la ikurriña? Ceniceros con la enseña vasca. Bueno, vasca no, porque como ya sabe usted es la bandera del partido, una copia de mala calidad de la bandera inglesa, dada la anglofilia del sr. Arana cuyos textos nunca hay que perder de vista.

No dé la vida por una patria, y mucho menos por un político. Y de lo otro, ni se le ocurra.

Afectuosamente