10 abril 2012

Willy Toledo y los piquetes

Hace cinco meses me bastó con un par de ratos en librerías para leer gran parte de Razones para la rebeldía, el volumen en que Pascual Serrano pone en limpio distintas ocurrencias del actor Guillermo Willy Toledo. Entonces tuve muchas ganas de venir al blog a dar cuenta de la rabia alimentada por esa lectura. Pero eran días de otras ocupaciones bastante absorbentes, y además el escritor Daniel Gascón ya lo hizo mucho mejor que yo. En el blog de la revista Letras Libres publicó un post sobre el librito de Toledo, “un compendio de sus opiniones políticas en el que resulta difícil decidir si predomina lo inmoral, lo delirante o lo bobo”.

A Willy Toledo lo detuvieron el otro día en Madrid, acusado, parece, de haber participado en acciones violentas en un bar como miembro de un piquete que se lanzó a la calle en cuanto comenzó la huelga general del pasado día 29. Hoy el periódico El País, al que a veces se le nota mucho los intentos que hace de atraerse a lectores izquierdosos del desaparecido Público, dedica una página al asunto en la que está a un tris de santificar a este nuevo héroe de la izquierda (¡y él quejándose de "linchamiento mediático"!), por más que Willy Toledo, a poco que se lea lo que dice, lleno de retórica y truenos, y mucho más si se conoce el librito antes mencionado, no se recate en adscribirse a la extrema izquierda más desatada. Y delirante, como escribió Daniel Gascón, tal como demuestran en la entrevista sus alusiones a Orwell, que nos insultan a muchos y demuestran la clase de orate político que es.

Yo no sé, por supuesto, si Willy Toledo participó o no activamente en los incidentes. Lo que sí reconoce es que le faltó tiempo para unirse al piquete en cuanto empezó la huelga. Y ahí es donde renace mi rabia, al margen del episodio concreto. Porque entre los siete hechos probados que enumera la periodista no está uno que me parece evidente: los piquetes no cumplen ninguna función informativa ni pedagógica. Sólo sirven para coaccionar, asustar, forzar, amedrentar, humillar. Willy Toledo cita en sus declaraciones su “derecho constitucional”. Pero ese derecho, parece mentira tener que recordarlo, será el de huelga, ¡no el de andar con una partida por Madrid “informando” por las buenas o por las malas!

Me entristece que los sindicatos y los partidos de izquierda permanezcan sordos, ciegos y mudos antes esta antigualla de los piquetes. Que no lo vea Willy Toledo me resulta de todo punto lógico. Pero que sigan formándose y campando piquetes alimentados por los grandes sindicatos, y que nadie de izquierdas levante la voz contra ellos y pida su definitiva erradicación... Ahí, y no en los Willy Toledo, veo yo uno de los lastres herrumbrosos de la izquierda.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Dado que Vd. es el dueño del blog, puede titular sus entradas como quiera. Pero creo que esta se debía titular Willy Toledo, los piquetes y la policía. Ya que de la información que suministra el País tampoco es que quede muy bien el papel de la policía que utiliza sus prerrogativas persona para ir a casa de nuestro actor -conocido por sus tendencias políticas- y detenerlo (cosa que no ha hecho con otros miembros de piquetes) yo entiendo (como el periódico) que sin necesidad.
Si a Vd. le hubieran tratado así, tal vez sus escritos en el blog serían más parecidos a los que citado en su primer párrafo.
Un cordial saludo.

ayacam dijo...

Señor anónimo (o señora): Tal vez la policía detuvo a Willy Toledo de forma arbitraria e injusta. Yo no lo sé, y de la información del periódico no se desprendía eso de forma clara. Lo que sucedió en esos minutos de actuación del piquete en el bar no lo sabemos con claridad. El actor, como es lógico, se defiende y se declara inocente. Pero su testimonio no es la verdad, o no lo es con seguridad, como no lo sería el de cualquier otro miembro del piquete si se le preguntara a estas alturas por lo que hizo. En cambio, sí es seguro que él participaba en un piquete, y que ya eso debería ser, creo, un hecho delictivo. Con todos los matices que quiera, que para eso están las leyes, para matizar y distinguir situaciones, pero delictivo.

Lo que no comparto en absoluto es su suposición de que si a mí me hubiera sucedido eso, lo que le sucedió a Guillermo Toledo, pensaría y escribiría como él. De ninguna manera. Las ideas, por llamarlas de algún modo, de Toledo, no son un resultado de sus experiencias vitales. Son anteriores, muy anteriores. Y son las ideas mil veces repetidas por mucha gente que en los países occidentales desprecia las libertades "burguesas". Pero ese desprecio ya sabemos que suele ir acompañado por la defensa de regímenes que, sin más, desprecian las libertades, dicho sea sin comillas. Si leyera usted el librito escrito por Toledo y su "negro" comprobaría que su insensibilidad ante muchas barbaridades es absoluta, gélida. Así que, de tipos así, lecciones ni una.
Reciba un cordial saludo

Anónimo dijo...

Pues la pena es que los piquetes no tengan ni la millonésima fuerza de la que tiene hoy la élite politico-financiera que, después de destrozarlo todo, pasa la factura a los mindundis.
Rubén.